lunes, 15 de agosto de 2011

Grandes mujeres de Dios que han pasado por mi vida

Adoración Sánchez

Era una mujer pequeñita. Decían que su marido, que ya había partido con el Señor años atrás, también era chiquitito, y que hacían una pareja muy graciosa….yo trataba de imaginarlos sentaditos juntos en el banco de la iglesia, como pequeños gnomos… (cosas de adolescentes!) Adoración era tan enérgica como pequeña de estatura!. Con una gran mata de pelo oscuro, que siempre llevaba peinado de lado, en visera. A pesar que la recuerdo ya de mayor, seguía manteniendo unos rasgos aniñados en su rostro.
Los años que la conocí, yo era demasiado jovencita para indagar en la vida de alguien que me llevaba tantas décadas… y hoy lamento no haberlo hecho, porque, sin yo darme cuenta, ella marcó mi vida… Es increíble como podemos marcar la vida de los niños y los jóvenes, aunque pensemos que ni nos miran!
Hay dos cosas que no olvidaré de ella…
Vivió su juventud en los años de la post-guerra, cuando no había dinero ni para comer… mucho menos para el autobús… Por lo que nuestra heroína caminaba más de una hora de ida, y más de una hora de vuelta, con sus niñas pequeñitas, para asistir a la iglesia fielmente… lloviera o hiciera un sol asfixiante… Trataré de recordarlo cada vez que mi marido me viene a recoger en nuestro coche 7 plazas, y tenga pereza de ir…
Hay algo más que recuerdo… Recuerdo que nuestra hermana Adoración tenía alguna enfermedad en los ojos, y el médico le había dicho que se iba a quedar ciega… Desde ese día, esta mujer de Dios, decidió que no olvidaría la Palabra de su Dios, y comenzó a memorizarla… Por eso, era casi parte del culto, que mientras el pastor predicaba, al mencionar algún texto, ella se pusiera en pie y lo recitara de memoria… Todos sonreíamos de admiración!
Cuando envejeció tanto como para no tener fuerzas para venir a la iglesia (pocas cosas se lo habían impedido!) ya no supe más de ella… seguramente los pastores la iban a visitar… Yo sólo sé que un día partió con el Señor… y me dejó… a mí… una herencia, un legado… su ejemplo… su amor por su Dios, por la Biblia, y por la iglesia del Señor…
Gracias Señor, por haber permitido que mi hermana Adoración fuera parte de mi vida…

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