martes, 16 de agosto de 2011

En casa de Pepito y Noemí

Ayer estuvimos en casa de Pepito y Noemí. Son un precioso matrimonio, que asisten a la iglesia de Gavá. Pepito y yo somos amigos desde nuestra adolescencia. Luego apareció Noemí en su vida, y llegó a formar parte de nuestros “amigos especiales”… porque ella, realmente es especial.

Viven en una urbanización, en medio del bosque, en una casita que bien podría ser la del cuento de Caperucita Roja (aunque más grande).


Noemí es una artista, y lo comprobaréis en algunas de las fotos que hay a continuación… Aunque sólo son una muestra de su arte… Deberías ver las cristaleras de sus puertas, decoradas por ella, con dibujos de racimos de uvas, cerezas, y distintas frutas, hojas y flores… todo combinado con los dibujos de las cortinas… una maravilla! Decora tejas, botellas, calabazas, que previamente deja secar, para luego convertir en muñecas rusas, o paisajes campestres. Cuando llegas a su casa no sabes dónde mirar… hay tanto para ver! Tiene el don de convertir cualquier objeto común en una obra de arte, llena de “caliu”. Por no olvidar los muebles restaurados o construidos por Pepito...










Yyyyyyyy… Noemí me ha regalado una de sus botellas decoradas!!!... Estoy tan feliz!!!



Os puedo asegurar que entrar en su casa es como entrar en un cuento…


Por no hablar de su pequeña huerta, donde cultivan tomates, calabacines, pimientos, fresas… y tiene todo tipo de plantas aromáticas, como menta o romero.


Y, lo que difícilmente podrás hacer en la ciudad de Barcelona… ir al gallinero, y levantar la puertecilla inclinada, para recoger los huevos que las gallinitas nos habían regalado!... increíble!
Disfrutamos de una deliciosa carne a la brasa, preparada por Pepito y mi querido esposo, con ensalada y distintas verduras,... buen vino,… y la mejor de las compañías. 


Además de Pepito, Noemí, su hijo pequeño, David, y el hermano de Noemí, también estaban mi hermana, cuñado, algunos de nuestros sobrinos… una verdadera fiesta “en familia”… porque eso éramos todos!



La sobremesa transcurrió entre charla y risas… y luego… acabó con un paseo por el bosque!... y yo que pensaba que había mucha vegetación en mi balcón!




Siendo la rata de ciudad que soy, reconozco que iba alerta, esperando que no me picara ningún bicho, no me saliera ningún jabalí, ni me mordiera una serpiente ni una tarántula, ni me cayera algún otro tipo de arácnido de algún árbol. Además de pegarme varios resbalones y torcidas de pie, ya que en Barcelona no suele haber tantas piedras… en fin! Pero ahí seguía yo… cámara en mano!... toda una aventurera!... siguiendo al grupo, camino al “bebedero de los jabalíes”… Un pequeño estanque de agua, construido de cemento, donde dichos animalitos van a beber y, posiblemente, revolcarse, cual cochinillos salvajes.









Hay que decir también que los mosquitos querían pasar el día con nosotros, y hemos tenido que rociarnos de repelentes de todo tipo para ahuyentarlos… Hemos hecho lo que hemos podido… pero insistían en quedarse con nosotros!
Tema “mosquitos” aparte… en días como hoy, sólo puedo decir:
- Gracias Señor por los amigos… y por las vacaciones!

lunes, 15 de agosto de 2011

The Brooklyn Tabernacle (New York)

Recuerdo cuando leí el libro “Fuego vivo, Viento fresco”. Me quedé fascinada con la historia del pastor Jim Cymbala, y su ministerio en la iglesia “The Brooklyn Tabernacle”. Viví tanto esa historia que decidí que un día iría a Nueva York, a conocer la iglesia “The Brooklyn Tabernacle”! Y llegó el ansiado viaje! Ibamos de vacaciones a California, a ver a la familia de Kevin, y decidimos pasar unos días en Nueva York… para buscar la iglesia… y de paso, veríamos Nueva York!
Fue un viaje especial porque mis padres venían con nosotros, y además celebraríamos en California el 40 cumpleaños de Kevin.
El primer día (en realidad ya era la tarde cuando llegamos) ya nos esperaba una agradable sorpresa. Desde el aeropuerto JFK nos dirigimos en taxi al hotel. El hotel estaba situado en Times Square… esto nos sonaba bastante céntrico!... era todo lo que sabíamos…  lo habíamos reservado por internet, sobre la base de la total ignorancia… (del hotel ya hablaré en otra ocasión)… y resultó que estábamos en el centro palpitante de Manhattan!...  alucinante!.
Dejamos las maletas en el hotel, y salimos a inspeccionar los alrededores y buscar un sitio para cenar. Habíamos caminado poquísimos metros del hotel, cuando al girar la esquina nos encontramos con un antiguo teatro en el que entraba bastante gente. Había dos fotos en la puerta… no recuerdo si arriba o debajo de una de las fotos ponía algo como: Pastor honorífico: DAVID WILKERSON… Si alguien es de mi generación y ha crecido leyendo libros como: CORRE NICKY, CORRE, LA CRUZ Y EL PUÑAL, LA VISIÓN, ETC… sabrá cómo me sentí… Estábamos en la iglesia que había fundando David Wilkerson???... en serio???... Por supuesto, entramos!... Y allí estaba el hermano Wilkerson, sentado arriba en la plataforma, a su lado su hijo, quien predicaría… y un maravilloso coro que nos dirigió en la alabanza, donde la gran mayoría era gente de color… podéis imaginar las voces de ese coro… Era como sueño… Como disfruté…  disfrutamos…
A partir de ahí, podéis imaginar, Turistic Bus, Museos, Central Park, Musical en Broadway, La Estatua de la Libertad, La isla de Ellis, etc…. NUEVA YORK!
Y  mientras, tratábamos de averiguar dónde se encontraba “mi” querida iglesia… parecía que había desaparecido!... Nadie sabía dónde estaba!... Páginas amarillas, recepciones de hotel, taxis, buses… nadie sabía nada!
Los días iban pasando y ya estábamos en el 4º día. Al día siguiente volaríamos a California…  y la iglesia seguía sin aparecer. Ya habíamos perdido la esperanza de encontrarla, y Kevin me consolaba, diciendo que en el próximo viaje para ver a su familia, haríamos otra parada en Nueva York y seguiríamos buscándola!... Empezaba a resignarme…
Esa mañana del 4º día, de algún modo, acabamos paseando por el famoso puente de Brooklyn. Nuestra intención era recorrerlo sólo un trocito, para no decir que no habíamos andado por él!...  pero empezamos a caminar, caminar y caminar, y cuando nos quisimos dar cuenta, estábamos más cerca del otro extremo de lo que pensábamos. Cansados y hambrientos (hacer turismo es durísimo!) decidimos entrar en Brooklyn “a la aventura”,  buscar un restaurante para recargar pilas, y luego deshacer el camino andado, por el puente, de vuelta al Turistic Bus que nos llevaría al centro de Manhattan, donde estaba nuestro hotel. Había que preparar las maletas, porque debíamos tomar dos vuelos para California, y salíamos temprano.
Allí en el restaurante, me parecía increíble estar comiendo en el mismo Brooklyn  y no haber encontrado mi iglesia querida!
De repente, unos jóvenes entraron repartiendo panfletos. Nos dieron uno… QUE?????... INCREIBLE!!!... sólo tienes que ver mi cara en la foto abajo para entender mi emoción…Era un folleto del Brooklyn Tabernacle, en el que nos invitaban a un culto especial esa tarde a las 18 h., donde cantaría el coro de la iglesia.
Los que conozcan The Brooklyn Tabernacle Choir sabrán que ha sido galardonado con 5 Grammys… aunque esto significa NADA para mí… Lo que realmente me impactó de la historia de este coro es que ha sido clave en el desarrollo y crecimiento de esa iglesia. El ministerio de la alabanza, hizo resurgir de las cenizas una iglesia local que estaba apagándose… sólo humeante…
Preguntamos, y la iglesia estaba muy cerca del restaurante… Creo que en mi vida he comido tan rápido!!! Corrí al baño, me aseé, perfumé y puse brillo de labios… Me iba a un culto especial! En la iglesia del Tabernáculo de Brooklyn… a escuchar cantar al Brooklyn Tabernacle Choir!!!... Era cierto o estaba soñando?... Señor! que regalo me hacías! Cuando ya casi teníamos que marchar!
Cuando entré en esa impresionante y maravillosa iglesia, ubicada en un antiguo teatro… me sentí en casa… eran mi familia… como podían ser cientos, venir a saludarnos y hacernos sentir como si nos conociésemos de toda la vida?... el misterio de la familia de la fe!
Recuerdo que un hermano mayor, de color, se sentó al lado de mi padre, y tuvieron una animada conversación… no sé cómo lo hicieron porque mi padre no habla inglés, y el otro no hablaba una palabra de español… pero parecían entenderse perfectamente!
Cuando el coro empezó a cantar… yo no podía parar de llorar… Era un sueño que Dios hacía realidad… para mí… Allí estaba mi hermano, Jim Cymbala, cuya historia me había sido de tanta bendición… y su esposa… y toda esa parte de mi familia que veía por primera vez…
Todavía hoy lloro cuando revivo esos momentos… Todavía hoy sueño con cantar con la unción que había en cada una de las voces de ese coro… Todavía creo que muchas iglesias locales pueden resurgir de las cenizas y convertirse en un impacto mundial…
Nunca dejaré de dar gracias a Dios por haberme hecho un regalo tan especial…


Grandes mujeres de Dios que han pasado por mi vida

Adoración Sánchez

Era una mujer pequeñita. Decían que su marido, que ya había partido con el Señor años atrás, también era chiquitito, y que hacían una pareja muy graciosa….yo trataba de imaginarlos sentaditos juntos en el banco de la iglesia, como pequeños gnomos… (cosas de adolescentes!) Adoración era tan enérgica como pequeña de estatura!. Con una gran mata de pelo oscuro, que siempre llevaba peinado de lado, en visera. A pesar que la recuerdo ya de mayor, seguía manteniendo unos rasgos aniñados en su rostro.
Los años que la conocí, yo era demasiado jovencita para indagar en la vida de alguien que me llevaba tantas décadas… y hoy lamento no haberlo hecho, porque, sin yo darme cuenta, ella marcó mi vida… Es increíble como podemos marcar la vida de los niños y los jóvenes, aunque pensemos que ni nos miran!
Hay dos cosas que no olvidaré de ella…
Vivió su juventud en los años de la post-guerra, cuando no había dinero ni para comer… mucho menos para el autobús… Por lo que nuestra heroína caminaba más de una hora de ida, y más de una hora de vuelta, con sus niñas pequeñitas, para asistir a la iglesia fielmente… lloviera o hiciera un sol asfixiante… Trataré de recordarlo cada vez que mi marido me viene a recoger en nuestro coche 7 plazas, y tenga pereza de ir…
Hay algo más que recuerdo… Recuerdo que nuestra hermana Adoración tenía alguna enfermedad en los ojos, y el médico le había dicho que se iba a quedar ciega… Desde ese día, esta mujer de Dios, decidió que no olvidaría la Palabra de su Dios, y comenzó a memorizarla… Por eso, era casi parte del culto, que mientras el pastor predicaba, al mencionar algún texto, ella se pusiera en pie y lo recitara de memoria… Todos sonreíamos de admiración!
Cuando envejeció tanto como para no tener fuerzas para venir a la iglesia (pocas cosas se lo habían impedido!) ya no supe más de ella… seguramente los pastores la iban a visitar… Yo sólo sé que un día partió con el Señor… y me dejó… a mí… una herencia, un legado… su ejemplo… su amor por su Dios, por la Biblia, y por la iglesia del Señor…
Gracias Señor, por haber permitido que mi hermana Adoración fuera parte de mi vida…

Grandes mujeres de Dios que han pasado por mi vida

Francisca Alcaraz

Ella era “la hermana Paquita”… así la llamábamos todos. Era como la mamá de todos los jóvenes. Se casó mayor y nunca tuvo hijos, por lo que nos “adoptó” a todos!. Siempre estábamos en su casa. Compraba un croissant enorme, que sólo hacían en una pastelería del barrio de Gracia (mediría unos 30 centímetros!), y nos invitaba a todas las chicas a merendar. Como disfrutaba de tenernos allí!... era como una más de nosotras… nadie diría que nosotras rondábamos entre 15 y 19 años, y ella los 65 – 70 o más. Le hablábamos de nuestros “amoríos” (como ella decía) de adolescentes… cómo nos reíamos con ella!

Tenía una gatita a la que quería con locura (no recuerdo su nombre)… y un pequeño balconcito LLENO de plantas… le encantaban las plantas… las mimaba casi tanto como a nosotras. Me regaló una de esas plantitas, que todavía tengo en mi balcón, y que lleva conmigo ya casi 20 años!.

Muchos sábados o domingos nos preparaba un delicioso pollo con ciruelas, y aquel antiguo piso de la calle Bruniquer, en el barrio de Gracia, se llenaba de jóvenes bulliciosos que llenaban el comedor, los balcones, la cocina… todo el piso!

Fue diaconisa de la iglesia todos los años que la conocí… muchos!. Que trabajadora era!. Ya hace muchos años que son otras las diaconisas, pero para mí, ella siempre será de las del “cuadro de honor”… y seguramente en el cielo, estará intentado servir a todos!.

La recuerdo sentada en la esquina del segundo o tercer banco de la parte izquierda de la iglesia… me duele no recordar ya el banco exacto en el que se sentaba… que fácil es olvidar… Con su moño rubio dorado, lleno de horquillas, cruzado en la nuca. A veces se le salían las horquillas y yo se las colocaba, si estaba detrás de ella. Sólo cuando estaba muy enferma perdía un culto. Era de las que “siempre están allí”… y el día que faltan… EL VACIO ES TAN GRANDE…

Su vida no fue fácil… como pasaba con muchas de las mujeres de aquella generación, y eso se reflejaba en su expresión un tanto entristecida… pero tenía un sentido del humor agudo y único!

Era la que nunca olvidaba un cumpleaños ni una fecha señalada… Fue “alma” de nuestra iglesia!… Y cuando miro a tantos hermanos nuevos que llenan hoy los bancos… me cuesta asimilar QUE NO CONOCIERON A LA HERMANA PAQUITA!!!... Cómo es posible???... SI ELLA FUE ALGUIEN TAN IMPORTANTE EN NUESTRA IGLESIA!

La hermana Paquita fue hospitalidad, fidelidad, paciencia, diligencia, arduo trabajo… Y yo nunca la olvidaré… Y cuando la encuentre en el cielo, le daré un fuerte abrazo, y le diré cuánto la he echado de menos… Y seguramente encontrará por allí algo para invitarnos a merendar!

Grandes mujeres de Dios que han pasado por mi vida

Josefa Miranda Martín

(Testimonio contado por ella misma)

Fue en Ronda, provincia de Málaga, donde nos convertimos al Señor bajo el ministerio de nuestro hermano pastor, Roy Dalton, un santo de Dios.
Fuimos bautizadas por el Espíritu Santo. Bajamos a las aguas del bautismo en un río.
Tanto mi hermana como yo pasamos las mil y una para ir a los cultos, para que mi padre no lo supiera.
Teníamos una panadería y cundió la alarma social de que las hijas del panadero iban al chalet de los protestantes.
Muchos de los clientes dejaron de venir a comprar el pan. Y, para postre, a mi padre le mandaron un anónimo en el cual, entre otras cosas, le preguntaban sobre si estaba enterado de a dónde iban sus hijas.
La única y gran bofetada que me dió mi padre fue por la causa del evangelio… Bendito sea el Nombre del Señor… Aleluya.
Nos dijo que teníamos la culpa de la ruina del negocio, por lo tanto, nos echó de nuestra casa.
Nos fuimos a la ventura con muy poquito dinero. Con los hermanos orando por nosotras, nos encomendamos en las manos del Señor.
Primero nos fuimos a Sevilla, pues había allí una hermana en la fe.
Allí todo fue diferente de lo que nos habían dicho, de manera que nos vinimos para Barcelona.
Al cabo de un año, mi padre dejó el negocio para estar con nosotras. No mucho tiempo después enfermó y le tuvieron que amputar una pierna.
Estuvimos 12 años sin tener casa. Vivimos de alquiler en cinco sitios distintos. En dos de ellos se predicaba el evangelio en el comedor. Mi padre se vió casi obligado a escuchar la Palabra de Dios, y al cabo de algunos años, se arrepintió de su vida pasada y conoció al Señor como su único y suficiente Salvador.
Como vivíamos en La Floresta, los hermanos llevaron a mi padre a Tarrasa para ser bautizado.
Esto es una parte de nuestra carrera hasta el día de hoy.

Nuestra hermana Miranda sigue actualmente en nuestra iglesia, en Barcelona. Es una mujer fuerte de espíritu y de carácter, en la que parece que el paso del tiempo no deja huella. Tiene un tremendo acento andaluz que no ha perdido, a pesar de que ya vive aquí como 60 años!

En memoria de mi abuela

Mi abuela María (abuela materna)

Se llamaba María Jover Lillo. Nació un 17 de abril de 1909, en la ciudad de Alicante.

Se casó mayor para esa época… rondando los 35.  Creo que estaba muy “enmadrada”.

Cuando murió su madre, conoció a mi abuelo, un viudo cincuentón que había quedado a cargo de 5 hijos.

De ese matrimonio nacieron 3 hijos más… entre ellos, mi madre.
Tengo recuerdos muy concretos de mi niñez con ella…

Los bocadillos de mortadela que me preparaba!… con un pan especial, que se llamaba “bombón”… una mortadela rosada, DELICIOSA… y un aceite que a mí me parecía riquísimo!.

A veces, cuando me como un bocadillo de mortadela, pienso en los que me preparaba mi abuela… pero no he conseguido que ninguno más sepa como aquellos.

La recuerdo en la cocina, delante de una enorme olla de aluminio, preparando caracoles con salsa… de los chiquititos… con cebolla... Luego, todos, alrededor de la mesa, con el enorme bol de caracoles en el centro, los palillos para extraerlos, y la barra de pan… cómo disfrutábamos!... los comíamos como si fueran pipas(curiosamente, ahora me cuesta creer que alguna vez he comido caracoles).

Cuando algún viernes nos dejaban a dormir en su casa, era una fiesta!. Cenábamos en la calle, con una mesa y unas sillitas, con los vecinos… (no puedo imaginar algo así aquí, en la ciudad de Barcelona!). Luego, todavía con algunos vecinos, veíamos películas hasta tarde… hasta que ya se acababa la tele, y salía lo que llamaban “la carta de ajuste”… o el no-do… no lo recuerdo bien… He heredado el noctambulismo de mi abuela… eso, seguro!.

Recuerdo esas camas de madera oscura, con unos colchones enormes… y unas sábanas de algodón blancas, muy frías!.
Dormía con mi hermana, y llamábamos a mi abuela para que viniera a contarnos historias de miedo… concretamente la de “Marieta”… Otro día os la cuento!.

Cómo nos gustaba a los niños que mi abuela nos contara esas historias… Siempre me he preguntado si se las inventaba “sobre la marcha”… Ella decía que eran cosas que habían pasado de verdad… a vecinos, en pueblos,… qué sé yo… Era muy graciosa!... Y allí estábamos nietos y vecinitos, con una cara de terror, entre risas y comentarios… y suplicándole que contara otra, cada vez que una historia concluía!...
O nos hacía vibrar a todos como en un concierto de rock, cantando la canción de “Juanita Banana”… Otro día os la canto!

Todo tenía un sabor, un olor y unas sensaciones muy distintas a la casa de mis padres… era una aventura quedarnos allí.

Creo que no tuvo una vida fácil… que sufrió mucho… pasaron mucha necesidad… pero a mi abuela nadie le quitaba su alegría!.

Recuerdo un día que fuimos a visitar a mis abuelos. Cuando nos íbamos, mi abuela vino a despedirnos al coche (las despedidas eran como si te marcharas a vivir a otro país… todo era más… dramático?). Mi madre le metió disimuladamente 100 pesetas en el bolsillo para que se comprara unas medias o lo que quisiera… cómo lloró mi abuela!... aún se me hace un nudo en la garganta cuando revivo aquel momento… estaba tan agradecida!... Esta escena se me quedó grabada para siempre… Creo que en ese momento me di cuenta de lo poco de lo que mi abuela era dueña…

Desconozco cómo fue su experiencia cuando conoció al Señor, porque yo era muy pequeña. (Podría preguntar a mi madre, pero de momento, sólo quiero plasmar mis propios recuerdos). Lo que sí sé es cómo llenaba de alegría la iglesia. Mi abuela María era como esos instrumentos musicales, en forma de media luna, y llenos de cascabeles… así era ella… como un cascabel!. Parece que puedo escuchar su vocecita, muy aguda, cantando “Yo tengo un barco que navega por el mar, y Jesucristo es el capitán… Los marineros, que bogan a su lado, son almas que han lavado su pobre corazón…”. Como le gustaba cantar esa canción!!!.

Cuando ya éramos adolescentes, vino a vivir con nosotros a la ciudad de Barcelona. A nuestros amigos les encantaba venir a casa a contarle sus enamoramientos y desengaños. Venían a estar con nosotros, y al final acababan sentados en el salón hablando con ella. Creo que algunos de nuestros amigos tuvieron una relación con ella que yo no tuve… quizás porque a veces no valoramos lo suficiente a los que más amamos y son más cercanos, hasta que los perdemos…

Tuvo dos infartos, y después del primero, nos contó cómo había visto un ángel sentado a los pies de su cama mientras permanecía en la UCI.

Partió con el Señor un 7 de enero, hace 18 años. Fue una pérdida que me costó mucho superar, y el Señor tuvo que tratar conmigo por un tiempo. Todavía duele acordarse de ella, y sentir que ya no está.

Cómo me gustaría sentarme a su lado, y charlar de tantas cosas de las que nunca hablamos… que me contara cómo fue su niñez, su juventud, sus sueños, sus frustraciones… cómo conoció a mi abuelo, cómo se enamoró de él, cómo fue su matrimonio,… cosas que se te escapan cuando eres jovencita… oportunidades que pierdes… que pasan por tu lado lentamente, y tú ni te das cuenta…

Y hoy me acuerdo de ti, y me duele el alma… Sólo me consuela el saber que tendremos toda una eternidad por delante, para sentarnos a hablar, para abrazarte, para decirte cuánto te quiero… y recuperar el tiempo que desperdicié cuando estabas aquí… Allí tú ya puedes abrazar a tu bisnieta, nuestra Rebequita… y yo un día os abrazaré a las dos!



Un poco de mí...

Me pidieron que escribiera una pequeña reseña sobre mi vida, cuando fui a cantar en el Retiro de Mujeres de AFEC... y esto es lo que salió!



Nací en la ciudad de Alicante, un 6 de septiembre de 1965. Tuvieron que provocarle el parto a mi madre, porque casi cumplía los 10 meses de embarazo… debe ser por eso que soy tan lenta haciéndolo todo!!!
Crecí en una familia cristiana.
Mis padres conocieron al Señor cuando yo tenía cuatro años, por lo que toda mi niñez trascurrió entre los bancos de la iglesia. Teníamos culto casi cada día en distintos pueblos de la provincia de Alicante, y me recuerdo haciendo los deberes en las últimas sillas de la iglesia, mientras oía de fondo predicaciones, oraciones y alabanzas.
Recuerdo mi emoción al cantar coritos como "Que bonito es cantar al Señor" o "Somos un pequeño pueblo muy feliz" (gracias a Dios nuestra visión se ha extendido para ser “un gran pueblo muy feliz”).
Disfrutaba con las historias de Noé, Jonás, José y sus hermanos, etc., y me fascinaban los muñecos de papel que la profesora pegaba en la pizarra de franela para explicar la lección.
Mis padres han entregado toda su vida a amar y servir a Dios, y su ejemplo ha marcado toda mi vida.
Mi madre tiene una voz muy bonita y siempre ha cantado en todas las iglesias donde han pastoreado. Cuando ella cantaba, yo le hacía las segundas voces desde que era muy niña.
Me regalaron mi primera guitarra a los nueve años, y aprendí mis tres primeros acordes, que rápido apliqué a la canción: "Jesús, Jesús, Jesús… es el nombre que mi corazón ama" (¿os acordáis de ella?). Era la única que sabía tocar durante semanas, así que en la iglesia la cantamos una y otra vez.
Mis padres intentaron que estudiara guitarra, solfeo, piano,… pero siempre he sido una indisciplinada, por lo que lo único que desarrollé fue oído musical.
Durante años, mis padres pastoreaban varias iglesias a la vez, y algunas de ellas eran de Filadelfia (de hecho, fueron fundadores de la iglesia gitana en Alicante). Creo que de ahí me viene un fuerte "ramalazo" flamenco.
Cuando tenía quince años, vinimos a vivir a la ciudad de Barcelona, donde seguimos hasta el día de hoy.
En el 1987, me casé con un californiano por el que daré gracias a Dios toda mi vida.
Un año después, nació nuestra hija Rebeca, que murió siete días después de nacer. Entonces viví la gran crisis de fé de mi vida, de la que sólo pude salir por el amor, la gracia y la misericordia de Dios.
Tuve que entregarlo todo a Él, y decidir que Él era el Dueño de mi vida.
Hoy le agradezco que tiene a Rebeca en Sus Brazos y que un día los veré a los dos.


Para Rebeca, de su abuela

Hoy sin saber el por qué
me he acordado de ti
pese a los años pasados
eres muy real en mí.

Todavía te recuerdo,
tan frágil, tan delicada,
tras el cristal te veía
que de ti me separaba.

La pequeña incubadora
cual capullo te guardaba
y pasados siete días
transformada en mariposa
con tus alas extendidas
hacia el cielo te elevabas.

Nos dejaste gran dolor
y un vacío irrellenable
que por más años que pasen
no dejaré de acordarme
de ti, mi pequeña niña
que en la presencia del Padre
gozas tantas bendiciones
que son inimaginables.

Allí ya no hay más dolor
ni lloro, ni enfermedades
allí te veo rodeada
de los coros celestiales
y tantos seres queridos
que se marcharon delante.

Allí te podré coger
y besarte y abrazarte
y decirte tantas cosas
que no pude decir antes.

El tiempo pasa veloz
cual rápido caminante
y pronto estaremos juntas
en la presencia del Padre.

Rebeca, que hermoso nombre
y hermoso será mirarte.

Por Rosa Heredia de Alvarez

sábado, 6 de agosto de 2011

Mi "amiga" Fanny

Fanny me envió una solicitud de amistad hace pocos meses. Acepto a gente que no conozco, siempre que tengamos "amigos en común". Pero Fanny y yo sólo teníamos en común una asociación evangélica, a nadie más. Al principio dudé, pero después de unos días, decidí aceptar su solicitud de amistad.

Como con muchos otros "amigos" del facebook, jamás hemos tenido ningún tipo de comunicación. Ni siquiera había ninguna foto personal en su perfil, por lo que no había un rostro al que ponerle su nombre.

Ayer colocaron esta notificación en su MURO:

Lamento informar el fallecimiento de mi amiga fanny a sus amig@s del face yo soy carola una amiga cercana a ella, ella nos abandono para entregarse en las manos del señor el día sábado 30 de julio PAZ sus restos fanny te queremos siempre estarás en nuestros corazones ella perdió la batalla en contra del cáncer en sus pulmones :( cuanto dolor

Uf!... dolió!... Jamás habíamos intercalado un saludo, ni siquiera un "Me gusta". No teníamos ningún amigo común, y siempre me pregunté por qué solicitaba mi amistad... Aún me lo sigo preguntando... Sólo sé que duele haber perdido a alguien a quién jamás ni le has visto la cara... Que lamento no haberla saludado, ni haberme preocupado por ella, o desearle un Dios te bendiga... Lamento no haber sabido de sus sueños ni de sus luchas ni de su enfermedad...

Hoy alguien de mis "amigas", a quien tampoco conozco, quiso que charláramos un rato por el chat... Charlamos, la conocí un poquito, y hasta acabamos orando "vía chat".

Hay tantas personas especiales a nuestro alrededor... Y no quiero dejar pasar la oportunidad de conocerlas nunca más... No quiero volver a preguntarme: ¿Quién era Fanny? ¿Por qué apareció en mi vida, y desapareció pocos meses después, sin haber intercambiado ni un saludo... ni una oracion?.

Hoy, visitando su MURO (cosa que nunca antes me había tomado la molestia de hacer), esto es lo que descubrí de ella:

soy trabajadora soltera sin hijos vivo sola porque mis padres fallecieron y estan alla cuidando de mi no tengo herma@s vivo cerca de mi familia y me gusta tener muchas amistades de lugares q no conosco para vicitar lugares lindos

También hablaba de su amor a Dios, a la Biblia, su trabajo en un salón de belleza, y que le encantaban las películas de amor (como a mí)... Quizás hubiéramos sido buenas amigas!.

Nunca vi ni siquiera su rostro... pero me ha dejado "tocada" para siempre... Cómo me hubiera gustado conocerte!... Quizás en el cielo!