domingo, 2 de septiembre de 2012

HIERBAS EN MI CAMINO

Esta mañana Kevin y yo caminábamos por las amplias y asfaltadas calles de un polígono industrial.
Me llamó la atención que a 2 o 3 metros de nosotros, más adelante en la acera, había un gran matorral de hierbas que ocupaba casi toda la anchura de nuestro paso, por lo que tuvimos que bajar a la carretera hasta que lo dejamos atrás. Cómo podían haber crecido todos esos hierbajos en un suelo de cemento?! Si el cemento es durísimo! Si podemos pisar y desmenuzar las hierbas bajo nuestros zapatos?! Ellas que tienen la fuerza de abrirse paso entre una ranura del duro cemento, podrían ser pisoteadas por mis manoletinas del nº 38!!! Eso me hizo sentir poderosa!

Pensé en algunas malas hierbas que han crecido en mi camino. Han tenido la fuerza de abrirse paso en mi tierra, por más que me he esforzado para que no sucediera. Y me es mucho más fácil sortearlas y cambiar la trayectoria de mi recorrido, que afrontarlas y deshacerme de ellas. En realidad, ellas me han vencido! Y he olvidado que son tan vulnerables a mí, que podría acabar con ellas de un pisotón! Porque tengo el poder! Porque Dios me lo ha dado!