El 21 de diciembre de 2006 mi abuela, Francisca Díaz Requena, partió a la presencia del Señor... y aún duele...
La echo mucho de menos. A veces tengo el impulso de coger el teléfono para llamarla y charlar un rato con ella, cuando recuerdo que ya no está en esta tierra... es como una punzada profunda.
Pero he dicho bien: "no está en esta tierra", porque mi abuela está en el cielo, con su Señor al que tanto amó y ama, y para el que vivió.
Fue una mujer muy fuerte y muy valiente. Quedó viuda como a los 21 años de edad, con un bebé de 10 meses (mi padre) y fue una luchadora.
También fue una mujer piadosa y con una gran fe en Dios.
Desde que conoció al Señor, vivió para servirle. Fue diaconisa muchos años en la iglesia a la que pertenecíamos, y tenía un gran don de hospitalidad... siempre que venían creyentes a visitarnos, acababan alojados en su casa. Su casa siempre estaba llena!.
La recuerdo los fines de semana, en la cocina desde muy temprano en la mañana (las 5 o las 6) cocinando enormes cantidades de comida porque los domingos casi toda la iglesia comía en su casa.
Desde luego, mi abuela ha marcado mi vida y la voy a extrañar mucho hasta que volvamos a encontrarnos. Pero doy gracias al Señor por habérnosla regalado todos estos años. Por haber tenido en la familia a alguien tan especial. Porque Él la ha recogido en sus tiernos brazos y ahora la tiene en su regazo, junto con tantos otros que nos han precedido... HERÓES DE LA FE!
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