Me deleito en contemplar tu belleza.
Aunque se hable de la de la Mona Lisa,
Ninguna me enamora como tu sonrisa.
En momentos de dificultad y quebranto,
Tú me elevas con tu dulce canto.
Cuando cometo alguna tontería,
Gracias por corregirme con sabiduría.
Tú eres mi amor, mi vida, mi preciosa.
Mi corazón te pertenece, oh esposa.
Kevin Nuezel
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